Durante más de un año utilizamos este espacio para resaltar el trabajo que se realiza desde cada emisora descentralizada de Radio Nacional, como una forma de entender y visibilizar el esfuerzo que hacen nuestros colaboradores desde las regiones para mantener informado al país, especialmente a las comunidades que habían perdido su voz en del territorio nacional.
Conocimos el trabajo en medio de la adversidad del equipo de Radio Nacional en San Andrés cuando, tras la catástrofe del huracán Iota, las instalaciones de la emisora en la isla fueron de los pocos lugares que no perdieron señal.
Gracias a esto, los periodistas utilizaron los recursos que tenían a disposición para que los ciudadanos pudieran enviar mensajes, a través de la estación, a sus familiares en otros lugares del país y dejarles saber que estaban a salvo.
Desde Fonseca, sur de La Guajira, reconocimos la voz resiliente de Eduvilia Uriana, una indígena nacida en la comunidad Mayalita, del resguardo de Mayabangloma, quien orgullosamente hoy es parte del equipo de la Emisora de Paz de esa localidad, donde transmite y da a conocer las necesidades de su pueblo, hablando en wayuunaiki.
Vivimos un Campo en la radio con el equipo de la Radio Nacional en Valledupar, una jornada en la que los habitantes compartieron sus historias como si se tratase de una tertulia entre amigos. “Siempre que salimos a realizar este programa de El campo en la radio lo hacemos muy conscientes de que vamos a trabajar, pero también en el fondo disfrutamos de un espacio de interacción con las personas”, comentó su líder Humberto Carrillo.
Estas y muchas vivencias que tocaron fibras, quedaron plasmadas en cada una de las ediciones de nuestro boletín RTVC se mueve y constituyen un ejemplo del trabajo del Sistema de Medios Públicos al servicio de las comunidades y nos motivan a seguir creyendo en un periodismo con sentido, como el que hacen desde las regiones, sacándolas del anonimato.
Un aplauso para todos ellos.