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Radio Nacional nos expone el reto para evitar que las lenguas indígenas en Colombia desaparezcan

25 de Agosto de 2021
‘Lenguas vivas: en palabras indígenas’, especial digital de Radio Nacional de Colombia

De las 65 lenguas indígenas que existen en Colombia, más de la mitad están en peligro de desaparecer. La occidentalización de muchas de las zonas donde se ubican los resguardos y la falta de apoyo para ofrecer una educación diferencial a los niños y jóvenes indígenas, que les permita aprender y preservar su lengua materna, están llevando al olvido este saber ancestral.

Es por esto, que viajamos a siete departamentos para conocer las historias de los líderes que protegen sus lenguas y comparte esta investigación en ‘Lenguas vivas: en palabras indígenas’, un trabajo multiplataforma en video, crónica y podcast. Compuesta por 11 capítulos, se estrenará uno semanalmente en www.radionacional.co a partir de este domingo 29 de agosto.

“Desde la radio pública quisimos abrirle un espacio a las comunidades indígenas para ayudarlos a evidenciar el valor y la importancia que tiene, no solo para ellos, sino para todo el país el preservar sus lenguas maternas”, afirma la periodista Adriana Chica, una de las realizadoras de la serie y quien explica que cada capítulo está compuesto por una crónica del viaje, un video y, por supuesto, un viaje sonoro hecho podcast.

La periodista destaca que, en el proceso investigativo, descubrieron que “nadie quiere lo que no conoce”. Por eso, decidimos crear un proyecto periodístico multiplataforma en el que destacamos iniciativas adelantadas por las mismas comunidades, para la conservación y revitalización de sus lenguas”.

Lenguas vivas: en palabras indígenas 

Los protagonistas de este nuevo trabajo son los pueblos Ticuna (Amazonas), Nasa Yuwe (Cauca), Damana (Magdalena), Kamentsá (Putumayo), Quechua (Nariño), Puinave (Guainía) y Wayuunaiki (La Guajira), en reconocimiento a los esfuerzos que han hecho con innovadores procesos para revitalizar sus lenguas maternas a través de rituales, juegos y la incansable lucha por una educación asistida en su lengua materna.

Un esfuerzo relevante de cara fomentar acciones referentes al Decenio de las lenguas indígenas (2022-2032), un plan de acción mundial decretado por la Unesco para aplicar los derechos internacionalmente reconocidos de los pueblos indígenas, y que precisamente se centrará en los derechos humanos de sus hablantes.

Más de 500 participantes de 50 países, entre ellos ministros de gobierno, líderes indígenas, investigadores, entidades públicas y privadas y otros expertos, aprobaron esta hoja de ruta, llamada Declaración de Los Pinos bajo el lema “Nada sin nosotros” y cuya declaración sitúa a los pueblos indígenas en el centro de sus recomendaciones.

En el caso de Colombia, son los adultos mayores indígenas quienes conservan en su habla la lengua materna, pero esta no es transmitida a jóvenes y niños. A eso se suma que la gran mayoría de comunidades no cuentan con material educativo para enseñar en su propia lengua.

Voces de los protagonistas

“La formación occidental nos obligó a olvidar nuestras tradiciones, en vez de vivir en comunión con estas. Dejamos de valorar las enseñanzas tan poderosas que tienen los abuelos, en nuestro caso, para transmitir y preservar la lengua materna”, explica Jhon Jairo Chota, líder indígena de la comunidad Ticuna, en el Amazonas.

Para él, este tipo de documentales “ayudan a fomentar ideas innovadoras para preservar nuestras lenguas maternas”. En su caso, sus mayores esfuerzos se concentran en lograr que la etnoeducación se fortalezca, ya que cuando los jóvenes asisten al bachillerato, en Leticia, muchos de sus compañeros les hacen matoneo por hablar su lengua nativa.

“Eso perjudica nuestro etnodesarrollo porque los jóvenes, por temor o pena, prefieren hablar en español dejando de lado su lengua nativa”, agrega.

Al otro lado del país, Eduvilia Uliana, mujer wayuu del clan Uliana y quien hace parte del resguardo indígena de Mayabangloma, en La Guajira, asegura que “el impacto de la tecnología en las comunidades indígenas es también un obstáculo”.

“En nuestra comunidad, los niños y jóvenes están conectados a internet y esto genera que, sin un debido acompañamiento, se pierda la práctica de hablar la lengua wayuunaiki. Por eso, queremos aprovechar esas plataformas digitales donde navegan, como YouTube, para conectarlos con sus raíces y que se sientan orgullosos de ser wayuus”, afirma al reconocer que este documental “extiende la invitación a todo el pueblo colombiano para sentirnos orgullosos de nuestras lenguas maternas”.

Y es que las lenguas nativas no solo constituyen parte integrante del patrimonio cultural inmaterial de los pueblos que las hablan, como lo enuncia la ley 1381 de 2010, sino que son la base estructural del pensamiento de los mismos, de sus tradiciones y cultura en general, a través de la cual mantienen su identidad.

“Esta es realmente nuestra historia, de dónde venimos y lo que somos como nación. Un pueblo indígena sin lengua no existe. Por eso, a través de Radio Nacional esperamos lograr los amplios apoyos que necesitamos para evitar que nuestra lengua desaparezca, llegando a muchos rincones del mundo para que los audios de cada dialecto resuenen y nos hagan sentir orgullosos de ser los cuidadores de este saber ancestral”, agrega Eduvilia.

Con Lenguas vivas: en palabras indígenas queda claro nuestro interés por innovar en temas digitales, pero también de ayudar a preservar estos dialectos, buscando que las personas los descubran y los escuchen.  

“Los sonidos son esenciales, pero no lo único, por eso también tenemos videos con los que acercamos a la gente a la experiencia viva de cada una de las comunidades indígenas que visitamos y ofrecemos una serie de crónicas de viaje, en donde cada periodista relata su experiencia y expone qué se está haciendo en cada región, y qué se necesita, para ayudar a preservar las lenguas indígenas de Colombia”, concluye Adriana Chica.

Disfruta del primer capítulo

El rito poderoso de los Ticunas

Hace al menos seis años que no se escuchaba el canto de las abuelas en el resguardo de San Sebastián de Los Lagos, pero este octubre resonó nuevamente entre la selva del Amazonas, donde se ubica a tres kilómetros de Leticia. Iban seguidos de los golpes de las baquetas sobre los tambores, que daban inicio a La Pelazón, un ritual que celebra la menarquia de una niña, y a través del cual la comunidad Ticuna busca recuperar sus tradiciones y conservar su lengua. Esta es la historia de cómo, con esta celebración, docentes y curacas innovan en procesos de etnoeducación para sus niños y niñas.

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