“Conversemos en paz” de este domingo por el Canal Institucional, a las 8 p.m., dialoga con diversos líderes y empresarios participantes de la macrorueda de la reconciliaicón realizada en Cali, quienes coinciden en que además de silenciar los fusiles de los grupos armados, para alcanzar la paz duradera en Colombia se hace inaplazable acabar con la corrupción.
A juicio de Josefina Klinger de la Corporación Mano-cambiada, lo primero que hay que hacer para que la reconciliación sea realidad es hacer conciencia entre todos que la violencia y la guerra son la consecuencia de nuestra crisis y que para desmontarla, además de poner fin a los grupos armados, hay que erradicar la corrupción y la violencia intrafamiliar.
“También hay que mejorar la calidad de los profesores que llegan a las regiones y un aspecto esencial acabar con la corrupción y no admitir esas conductas y no ser permisivos con ninguno de ellos”, anotó.
En ese mismo sentido se pronunció William Angulo, cantante y productor de Herencia de Timbiquí, quien reiteró que combatiendo a todos los corruptos del país se apoya la paz y se da oportunidad a las estrategias sociales que necesitan todos los territorios.
Otro asunto importante para normalizar la convivencia en Colombia a juicio de Angulo es la reforma del sistema de salud que tantos problemas provoca en todas las regiones.
Jader Zuleta, gerente de Paz Wear, afirma que la receta para convivir mejor y lograr la paz, tiene que ver con la generación de mejores entornos en todos los sectores del país, con mejor educación y con la erradicación de la corrupción.
Para Jorge Ballén de Panaca Valle, en la actualidad existe más conciencia de lo que significa la paz para todos y por eso muchos ciudadanos plantean ideas y proyectos emprendedores y arriesgados de la mano de mucha de la gente que estuvo en el conflicto.
“Lo importante es dar ejemplo y estimular a todos los empresarios que se quiere montar en este bus, aportar más inversión y dar oportunidad de incluir a quienes fueron protagonistas del conflicto”, añadió.